Desde su fundación en 1828, la historia de Guerlain está íntimamente ligada a los artistas y artesanos, encargados de dar forma a las más bellas creaciones.En 2021, el joven modisto Kévin Germanier viste el Frasco de Abejas con un aderezo radiante y radicalmente moderno, tanto por su belleza futurista como por el proceso de creación ecorresponsable que lo caracteriza. Un encuentro espectacular entre el patrimonio de Guerlain, el lujo contemporáneo y la estrategia ecorresponsable del reciclaje creativo*, muestra del doble compromiso de la Maison con las artes y el desarrollo sostenible.* Reciclaje creativo: del inglés upcycling, reciclaje "mejorado".
Consiste en la reutilización de materiales no utilizados para crear una obra de calidad superior.
Guiado por su firme compromiso con los jóvenes creadores y el desarrollo sostenible, Guerlain se ha dejado seducir por este modisto de meteórico ascenso. Como ganador de la edición del Redress Design Award celebrada en 2015 y finalista del prestigioso premio LVMH en el año 2019, Kévin Germanier ha transformado la moda actual, convirtiendo la moda sostenible en un codiciado referente. En 2018 lanza su marca epónima, famosa por sus deslumbrantes vestidos y sus fuegos artificiales compuestos de perlas, lentejuelas y strass, diseñados a partir de excedentes de tela y materiales. El joven creador firma sus creaciones con el reciclaje creativo de residuos textiles que van a ser destruidos, con perlas de cristal que son enterradas dado que no pueden ser quemadas... Se trata de un proceso inédito que alimenta su inspiración y le permite dar una nueva vida a todos esos tesoros abocados al olvido. Esos hallazgos constituyen el origen de sus diseños.
Y, para sublimar aún más estas creaciones, Kévin Germanier ha inventado a lo largo de los años una serie de métodos que le permiten contar con el mismo grado de exigencia, respeto por la prenda y estándar de calidad que las maisons de Alta Costura más reconocidas. Una muestra de ello es la técnica ultravanguardista de bordado en silicona que él mismo ha inventado y que concede una nueva y resplandeciente vida a los excedentes de cristales Swarovski procedentes de colecciones pasadas.
Kévin Germanier viste el emblemático Frasco de Abejas de un litro con un vestido centelleante y lleno de color elaborado con excedentes de cristales Swarovski: una creación de Alta Costura para una edición limitada y numerada. Un aderezo cubierto por un rocío de cristales Swarovski con un degradado cromático y chispeante de rosa frambuesa, rosa empolvado, lavanda y verde... Cada una de estas 11 piezas ha sido elaborada a mano, siguiendo una técnica extremadamente delicada y minuciosa para conseguir crear la ilusión de un degradado cromático muy natural. Tras finalizar esta lujosa ornamentación, los Frascos de Abejas son encomendados a las reconocidas "Dames de Table" de los talleres Guerlain, que perpetúan el patrimonio vivo de la Alta Perfumería.
Esta nueva versión del Frasco de Abejas acoge en su interior La Cuvée Secrète, inspirada en el primer gesto ecorresponsable del universo de la perfumería: la tradición ancestral de los fondos de cubas, un ritual muy apreciado por Guerlain que se transmite de generación en generación. Una vez finalizado el proceso de maceración, las fragancias dejan su huella olfativa en las cubas que las han albergado. Tras enjuagar estos recipientes con alcohol, los fondos de cubas se ensamblan para dar vida a una nueva creación.
La Cuvée Secrète combina la alegre luminosidad de una colonia con el poder de una fragancia de estela singular. La bergamota, sello de los perfumistas de Guerlain a través de los siglos, brilla con sus acordes hespérides, florales y delicadamente especiados. El cítrico más refinado se combina con el fulgor del limón y el dulzor de la naranja. El petit grain envuelve este degradado de cítricos con suaves acordes florales, verdes y amaderados. Una tercera nota emblemática resplandece en esta fragancia aromática: la hermosa lavanda cuyo aroma soleado se vuelve ligeramente empolvado con el paso de las horas.