Guerlain presenta una pieza de excepción inédita de edición artista, única y diseñada como homenaje definitivo al símbolo de la Maison, la abeja, que siempre ha representado una fuente de inspiración y de compromiso: una obra de arte realizada completamente por abejas. En colaboración con el artista eslovaco Tomáš Libertíny, la Maison propone una creación nunca vista: el emblemático Frasco de Abejas se traslada a un universo poético y atemporal.
La fascinación que le suscitan a Tomáš Libertíny la belleza y la sabiduría de la naturaleza nutre su obra; sus creaciones cuestionan la interacción entre la naturaleza y el hombre. Fue así, observando la labor de las abejas, como descubrió su potencial artístico y emprendió una colaboración con estas centinelas del medioambiente: "La primera vez que terminaron una de mis esculturas y contemplé el resultado de su trabajo fue como si se detuviera el tiempo, no tenía palabras para expresar lo que sentía".
Dada la solidez de sus compromisos comunes, es natural que Tomáš Libertíny y la Maison Guerlain imaginaran una pieza de excepción que simboliza la conservación de la abeja y la biodiversidad y ensalza la perennidad y la fuerza creadora de la naturaleza. La obra sublima el poder fabricador de las abejas.
"Me conmueve el vínculo histórico que la Maison Guerlain sigue manteniendo con las abejas. Que una Maison con tanta trayectoria designe como emblema a un ser vivo tan efímero... Requiere cierta audacia. Nos entendimos en seguida". Tomáš Libertíny
"Es una obra maestra atemporal. La idea era colocar el Frasco de Abejas dentro de una colmena y dejar trabajar a la naturaleza y a las abejas".
Tomáš Libertíny
Con audacia ha diseñado Tomáš Libertíny para Guerlain un frasco en el que la artista es la abeja. Este creador otorga libertad total a las abejas en su tarea y sus tiempos de elaboración, dando lugar a una obra suntuosa: un frasco adornado con cera de motivos hexagonales, parecidos a los de una colmena. Esta obra maestra única en el mundo transmite un mensaje de compromiso y sublima la naturaleza hasta el punto de pieza artística con la abeja como fiel protectora.
"Las abejas tardaron alrededor de un mes en terminar de adornar el Frasco de Abejas. Para obtener este resultado, tuvimos que ser pacientes y respetuosos con su trabajo. Ver este proceso fue fascinante, ya que la cera pura en realidad es blanca al principio. Es posteriormente cuando, gracias al ritmo de vida de las abejas, el polen y la miel, adquiere estos tonos ambarinos".
Tomáš Libertíny
Los Perfumistas de Guerlain han diseñado una fragancia exclusiva para acompañar a este frasco: Le Jardin de la Reine. Este Eau de Parfum, compuesto por un 90% de ingredientes de origen natural*, evoca un edén florido al que las abejas vienen a libar. El acorde floral de rosa de Bulgaria e ylang ylang revela en el corazón flores blancas solares como el nardo, el Jazmín Sambac y el jazmín grandiflora de Grasse. El fondo amaderado y sensual viene marcado por musgo y almizcles blancos. Una oda a la belleza y la naturalidad.
Desde que se posó en el emblemático Frasco de Abejas en 1853, la abeja ha sido una fuente continua de inspiración para nuestras creaciones y colaboraciones artísticas. Protectora del medioambiente y, ahora, seriamente amenazada, se ha convertido, además de en un símbolo, en el faro que guía nuestro compromiso con la sostenibilidad. Guerlain trabaja en pos de la protección de este valioso polinizador desde hace más de 10 años y le ha dedicado numerosas colaboraciones e iniciativas de sensibilización en el marco del programa de conversación Guerlain for Bees Conservation Programme.