Seducir, pero también gustarse y, sobre todo, complacerse. Hacer de su vida una sinfonía alegre y viva. Esa es la filosofía de esta hedonista plena y espontánea. Para crear el perfume de esta mujer libre e independiente, Jean-Paul Guerlain se inspiró en un desafío: el de María Antonieta al conde de Artois de construirle el castillo de Bagatelle en menos de 64 días. Sus jardines, descritos como una "locura", se han convertido en un símbolo del romanticismo. De esta isla paradisíaca surge un chispeante y luminoso bouquet de neroli, rosas y flores blancas con envolventes notas de nardo. Una "bagatela" increíblemente seductora rebosante de alegría de vivir.